La lasagna de mi abuela

Para mí el sinónimo de lasagna es esta lasagna, rellena de bolognesa y jamón y queso. 

Cuando era chica iba todos los domingos a almorzar a lo de mi abuela Beatriz. Para algunas ocasiones especiales preparaba esta lasagna que todos le pedíamos y que se transformó en la favorita de gran parte de la familia. Hace un tiempo, cuando le pedí la receta, no puedo dármela porque después de tanto tiempo ya la hacía a ojo, pero me animé a probarla por mi cuenta y por suerte me salió bastante parecida!! Ahora es un clásico en mi casa también.

Para la lasagna:

(6 porciones)

Lasagna seca (yo uso esta, pero puede ser fresca también), 1 ½ paquete

Carne picada, 750 g.
Cebollas, 2

Puré de tomate, 500 g.
Condimentos varios: sal, pimienta, provenzal, pimentón., comino.

Caldo, cant. necesaria

Salsa blanca, 1 litro

Queso fresco, 300 g.

Jamón cocido, 150 g.

Cortar la cebolla y rehogarla en una cacerola, agregar el puré y la carne desarmandola bien con una cuchara de madera. Cocinar agregando caldo para que no se seque la mezcla, durante aprox. ½ hora. Hacia el final agregar los condimentos para que quede bien sabrosa.

En un fuente grande, colocar abundante salsa blanca en la base y cubrir con la pasta seca. Colocar la carne y sobre ella otra capa de pasta. Cubrir con más salsa blanca, el jamón y el queso cortado en dados. Sobre esta capa armar otra con la carne y así sucesivamente. Al final, cubrir con abundante salsa blanca y salsa de tomate. Terminar con queso rallado. Cocinar en horno moderado precalentado por aprox. 40 minutos.

El secreto:

Es fundamental que la pasta quede en contacto co algo húmedo, la salsa o la bolognesa, para que se cocine y ablande bien.

El momento:

Un almuerzo en familia

El plus:

Mucho queso rallado para gratinar antes de servir.

Budín de batatas súper húmedo

Las batatas (o boniatos, como se les llama en algunos países) tienen un toque dulce que las hace perfectas para incorporar en recetas de pastelería. En este caso, se me ocurrió también que su textura cremosa sería capaz de brindar a un budín muchísima humedad y un toque especial. Me decidí a probarlo y quedé feliz con con el resultado.

Budin de batatas súper húmedo

Para el budín:

Harina, 200g
Polvo leudante, 1 cda.
Azúcar común, 100 g.
Azúcar negra, 50 g.
Puré de batata, 1 taza generosa
Huevos, 3
Aceite neutro, 10 cc.
Ciruelas pasas descarozadas, 3/4 taza.

Batir los huevos con el azúcar hasta que la mezcla comience a tomar un color amarillo pálido, lo que normalmente se conoce como “punto cinta”. Incorporar el puré de batata. Cuando la mezcla esté homogénea, agregar el aceite en forma de hilo batiendo suavemente para que se incorpore. Mezclar la harina con el polvo leudante, tamizar y agregar en dos partes revolviendo suavemente cada vez. Por último, sumar a la preparación las ciruelas picadas (ideal si estuvieron un ratito en algún medio líquido como puede ser un licor dulce) groseramente y pasadas por harina para que luego durante la cocción no decanten al fondo del molde. Llevar a un molde enmantecado y enharinado (en mi caso use un molde de silicona, por lo que no este paso no fue necesario).
Cocinar en horno precalentado a temperatura media (aproximadamente 180 grados, durante 50 minutos a una hora. Retirar cuando al pinchar con un cuchillo, este salga limpio.
Desmoldar, dejar enfriar algunos minutos, desmoldar, y cubrir con azúcar impalpable tamizada o con un almíbar bien simple.

Para el glasé:

Azúcar impalpable (o glass), ½ taza
Agua, 1 o 2 cdtas.

Colocar el azúcar en un bowl y agregar el agua hasta conseguir una pasta que sirva para cubrir el budín todavía tibio. La temperatura del budín hará que el gracé se diluya un poco y corra sobre la superficie. Para terminar, colocar algunas ciruelas para decorar.

El momento: Un té de mujeres
El plus: Servir con una cucharada de crema batida sin azúcar
El consejo: En caso de no tener o querer usar ciruelas, esta receta queda perfecta también con nueces picadas.

La humedad de este budín es realmente tentadora, vale la pena probarlo! Por eso es que también elegí esta receta para participar del Concurso Aniversario de Whole Kitchen.

Ñoquis de rúcula para compartir de a dos

Un plato rico y sencillo para darse un gusto los días de frío.
La receta es una adaptación de los clásicos ñoquis de ricotta y espinaca. Quedan muy suaves...!

Ñoquis de rúcula en fondue de tomates

Para los ñoquis :

Rúcula, 2 atados
Huevo, 1
Yema, 1
Ricotta, 500 g.
Queso rallado, 50 g.
Nuez moscada, sal y pimienta, a gusto
Harina, 150 g.

Limpiar bien y quitar los tallos de la rúcula. Luego blanquearla dejandola hervir un minuto en una ollita con agua. Cortar chiquita y reservar. La rúcula achica bastante asi que hay que los dos atados se transforman en una taza chica.
Aparte, mezclar la ricotta con el huevo, la yemma, el queso rallado, e incorporar la rúcula. Si prefieren un color más homogeneo se puede procesar un poco. Luego agregar la harina, sin exagerar para que queden livianitos.
Formar los ñoquis armando chorizos de 2 cm de ancho aproximadamente y cortando con un cuchillo. Hasta el momento de hervir conviene dejarlos en una asadera o mesada enharinada.

Para la fondue de tomate:

Tomates, 2
Ajo, 2 dientes
Aceite de oliva, 2 cdas.
Sal y pimienta
Crema de leche, cant. necesaria.

Pelar los dientes de ajo y partirlos a la mitad, dorarlos en una sartén sobre el aceite de oliva caliente.
Luego de uno o dos minutos, incorporar los tomates cortados en cubitos y cocinar durante unos 5 minutos más.
Reservar.

Para el armado:

Hervir los ñoquis en abundante agua caliente con sal. Mientras enmantecar una asadera y precalentar el horno. Una vez que los ñoquis suban a la superficie, retirarlos, colarlos y colocarlos en la asadera. Cubrir con la fondue de tomates y la crema de leche. Terminar con abundante queso rallado y gratinar en el horno. Imperdible!!

El secreto: No incorporar más harina de la necesaria para no apelmasar la mezcla.
El plus: Pan calentito.
El momento: Un domingo al mediodía en pareja.

Hoy nace una nueva despensa

Bienvenidos!
Cada despensa tiene sus secretos y el objetivo de esta no es guardarlos sino compartirlos.
Sabores, colores, sensaciones y experiencias que nos permitan disfrutar de momentos sencillos pero especiales.
Espero que esta Despensa sea un espacio en el que se sientan cómodos. Los espero!